Sumergirse en la pintura de Fèlix Coll Carrera (Palma, 1985) es adentrarse en un universo donde naturaleza, memoria y luz dialogan con fuerza y sensibilidad. Criado en los paisajes de la isla de Mallorca, su obra nace de una conexión profunda con el entorno natural y de una visión vitalista que se refleja en cada pincelada.
La vegetación exuberante, los bosques frondosos y la presencia de la infancia —niños y niñas que juegan, nadan, corren— son constantes en sus lienzos, evocando escenas de libertad, inocencia y alegría. Sus composiciones cuadradas, ejecutadas con óleo y colores fluorescentes, transmiten inmediatez, frescura y un espíritu contagiosamente optimista.
Esta exposición se inspira en parte en el pensamiento de Rachel Louise Carson, bióloga y autora de ‘La primavera silenciosa‘ (1962), obra clave en la conciencia ecologista moderna. Coll retoma su mensaje con una visión artística que no idealiza, sino que señala con sutileza lo frágil de nuestro vínculo con la naturaleza. Sus cuadros, llenos de luz mediterránea —como la que deslumbró a Sorolla—, reflejan también la nostalgia de la niñez y la urgencia de preservar los paisajes que aún nos conectan con lo esencial.
La técnica de Fèlix Coll, heredera de la tradición de los plenairistas de la escuela de Barbizon y del impresionismo, celebra la pincelada libre, la luz cambiante y la emoción del instante. En sus obras resuenan ecos de Corot, Millet o Courbet, pero con un lenguaje contemporáneo que reivindica el arte como espacio de reflexión, emoción y resistencia poética.
Beyond Perception propone un viaje visual y emocional que invita a mirar más allá de lo evidente. A percibir no solo con los ojos, sino con el cuerpo y la memoria. A recuperar el vínculo con un mundo natural que aún podemos proteger, habitar y sentir como parte de nosotros.
Irene Ballester Buigues
Doctora en Historia del Arte
Universitat de València