Perceval Graells busca, a través de sus obras, provocar una reflexión personal en los espectadores acerca de cómo nos enfrentamos al proceso de superación del dolor a lo largo de nuestra historia; convirtiendo ese dolor en un espacio de paz y sosiego donde recrearnos y reflexionar.
Para ello utiliza sus recursos plásticos, la gestualidad de su obra y el cosido y o tejido que desde siempre han utilizado las mujeres en estos procesos. En el juego entre la pintura y el tejido establece unas relaciones cargadas de interesantes interacciones que da como resultado una obra cargada de significado.
También surge, en un momento, la idea de crear un habitáculo realizado con hilo rojo conectado al lienzo mediante ese hilo y tejido a modo de capullo gigante como si de las heridas cosidas se pudiera hilar un capullo, que acerca al espectador, a ese estado de reflexión, utilizando la metáfora de la metamorfosis del gusano que se transforma en mariposa después de un periodo de calma y transformación interior.