«Y yo, el pobre pintor de la naturaleza y de Psyquis, hacedor de ritmos y de castillos aéreos, vi el vestido luminoso del hada, la estrella de su diadema, y pensé en la promesa ansiada del amor hermoso. Mas de aquel rayo supremo y fatal, solo quedó en el fondo de mi cerebro un rostro de mujer, un sueño azul…»
Rubén Darío (texto incluido en Azul)
Los cambios que produjo la 2ª revolución industrial en las ciudades también fue patente en el arte, la literatura y la arquitectura (Gustav Klimt, Tamara de Lempicka, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Victor Horta, Antonio Gaudí). Los edificios se transforman: el uso de las curvas y las asimetrías simboliza la necesidad del rechazo del pasado –incluso en las concepciones espaciales–, la oposición al academicismo y la necesidad de empezar desde cero utilizando materiales como el vidrio o el hierro: Romper con lo establecido.
La necesidad del artista de búsqueda constante de un lenguaje plástico que exprese sus emociones se hace patente en cada una de las obras de José Juan Gimeno.
La integración del metacrilato (plástico químico) en nuestra vida cotidiana es semejante a lo que simbolizó el vidrio a finales del s. XIX y principios del s. XX. La mixtura de diferentes materiales y técnicas en la obra de J.J. Gimeno la caracteriza y convierte en única –como ese «partir de cero» del Modernismo–, produciendo una integración de lo pretérito en el incierto futuro (o una visión actualizada de otros tiempos, una especie de búsqueda de Arcadia).
«Recuerde el alma dormida / avive el seso y despierte / contemplando / cómo se pasa la vida, / cómo se viene la muerte / tan callando; / cuán presto se va el placer, / cómo después de acordado / da dolor; / cómo a nuestro parecer / cualquier tiempo pasado / fue mejor». Jorge Manrique, Coplas por la muerte de su padre.
La mirada de José Juan Gimeno se ha desviado cien años atrás, posándose –como un pájaro con plumas afiladas– en cada uno de los detalles (florales, retorcidos, asimétricos) que los arquitectos modernistas como Francisco Mora o Demetrio Ribes rubricaron en los edificios de Valencia. Esa mirada de soslayo obedece a la necesidad de indagar en un lenguaje pictórico propio que evoluciona con cada uno de sus trabajos. El autor nos muestra la serie «Misterio Modernista» como si viajásemos en un tren o un barco y desde un ojo de buey alcanzásemos a ver pequeños fragmentos de obra, pequeños detalles sobre los que José Juan Gimeno depositó su mirada porque tienen una historia que contarnos. Se trata, pues, de una visión actualizada de la Valencia de principios del s. XX.
Ximo Rochera
Escritor