Joven artista argentino radicado desde hace tres años en España, Fabio Camarotta centra su trabajo en el cuerpo físico, y más concretamente en la necesidad del hombre de individualización. En este caso recurre al tatuaje. El tatuado reafirma su unicidad con dibujos y grafismos exclusivos, con marcas sobre la superficie de su piel, identificándose así con determinadas tribus o grupos humanos, y, aun así, diferenciándose de los otros. Marcando una clara tendencia estética y en todo momento cargado de simbología.
Al ver por primera vez la obra de Fabio Camarotta podemos pensar en una foto pixelada, pero en realidad todo es pintura. Su proceso, al que él llamó «Pressed paints» (pinturas prensadas), consiste en dibujar sobre un tablero la imagen deseada, cuadricular el mismo, y a partir de allí rellenar esa superficie con grandes goterones de pintura en gama de grises. El artista debe tener muy claro lo que busca y saberlo ejecutar con maestría, ya que el tiempo seca la pintura con relativa rapidez, luego coloca un grueso cristal encima y presiona con el peso de su propio cuerpo, con lo cual los goterones se expanden creando ese aspecto pixelado, y ya no hay vuelta atrás, la obra queda resguardada entre sus dos materiales exteriores.
Todas las piezas son acrílico sobre tabla, prensado con cristal.