4000 años antes de Cristo, los sumerios desarrollaron el arte de la teselación que tiene su origen en la geometría. La palabra teselación proviene del latín tessella, una pequeña piedra cuadrada o baldosa utilizada en mosaicos. Esta técnica se usó para decorar casas, palacios y templos. Desde entonces, la teselación encontró su lugar en el arte de muchas civilizaciones, egipcios, persas, romanos, griegos, bizantinos, japoneses y chinos.
Más tarde, los árabes desarrollaron lo que llamaron Zillij o Zellige que se traduce en un tipo de mosaico ornamental a base de trozos de azulejos de colores, llamados teselas, y que todavía se practica en la actualidad. A medida que las formas y la paleta de colores fueron refinadas por siglos de estudio matemático y tradición artística, fue posible multiplicar las composiciones hasta el infinito.
Zellige es una forma de arte basada en el aprendizaje, la disciplina y la religión. Los patrones geométricos reflejan la creencia de que la vida está ordenada por la inteligencia cósmica a través del estudio matemático en lugar de copiar la realidad a través del arte figurativo. Impulsados por la pasión religiosa hacia la abstracción y la doctrina de la unidad, los intelectuales reconocieron en la geometría el intermediario entre el mundo material y espiritual.
Con esta propuesta expositiva Pierre Louis Geldenhuys quiere detenerse, respirar, congelar un instante y reflexionar sobre nuestro origen y el del universo.
Las telas y la luz juegan un papel determinante en el desarrollo del trabajo de Pierre Louis Geldenhuys. Sombras y volúmenes emergen con la calidez del color de las sedas que cuidadosamente selecciona, y después interviene y transforma a través de la técnica de la teselación, inspirándose en el origami japonés convierte las formas geométricas que surgen del tejido en delicadas figuras poligonales acentuadas por la luz que incide sobre ellas. El trabajo de Pierre Louis Geldenhuys se fundamenta en una sólida base de conocimientos sobre geometría y su experiencia como diseñador de moda, que le llevan a una profunda investigación de las múltiples posibilidades encontradas en unir la seda salvaje con los teselados, técnica milenaria donde se utiliza un patrón repetitivo de figuras geométricas, en este caso, intercaladas entre sí y sin dejar espacios libres, es decir, están ordenadas de forma continua, no se superponen, y conforman diversas figuras que se podrían seguir de manera infinita, intrincada y precisa.
Estos teselados textiles vienen encapsulados en cajas de luz led y fibra óptica, respetando la composición, el espacio y el color, las luces y las sombras como si de un lienzo se tratase. El efecto creado es muy sugerente ya que se revela en las obras una doble vertiente; al iluminar se adquieren un efecto radiografía y en cambio cuando la luz no incide sobre la tela, se aprecia su tridimensionalidad. En ambos casos, su objetivo es someter al espectador a un interesante ejercicio de interpretación visual en tanto el cerebro dispone sus preferencias en base a las formas integradas.